No os asustéis, no es necesario que miréis el calendario. Aunque os resulte increíble, ¡estamos en un nuevo año!
Dicen que si queremos, podemos rellenar las páginas en blanco de nuestro próximo año con nuestros más deseados anhelos, y dibujar el contorno de sus días de la forma que más nos guste. Y así será.
Pero tener un buen año no es cuestión de suerte si no de saber canalizar bien nuestras energías y saber aprovechar las oportunidades de ser feliz que se presentan en cada esquina.
Lo más bonito del año que tenemos por delante es vivir sus 365 días. Lo emocionante de la vida es estar vivos. No debemos esperar a estar enfermos o a perder a un ser querido para descubrirlo.
365 días para cuidar nuestro huerto
Veamos este nuevo año como un pequeño huerto. En él, tenemos plantadas muchas emociones y sentimientos: alegrías, penas, ternura, amor, frustración, celos, gratitud, pesimismo… Podemos recolectar de él los ingredientes que decidirán cómo será cada día de este próximo año. Si regamos y le ponemos calor a la planta del amor, tendremos un año lleno de afecto y ternura. Por el contrario, si nos preocupamos más por atender a nuestra planta de la envidia, recogeremos los frutos de la frustración. Es tan sencillo y emocionante como eso: recogemos lo que sembramos. Y como fertilizante de nuestro huerto, nada mejor que una buena dosis de entusiasmo generado por el reconocimiento de los logros propios y ajenos.
Por otro lado, todo buen horticultor sabe que si los esquejes están muy juntos, sin que medie espacio entre ellos, las plantas crecerán raquíticas y sin esplendor. En lugar de sacar el máximo rendimiento al terreno, no cosechará fruto alguno. Por eso tampoco es sabio desear más cosas de las que necesitamos. Tampoco lo es, hacer una larga lista de buenos propósitos que difícilmente podremos cumplir.
Si marcamos de forma realista nuestras prioridades, seleccionando los deseos verdaderamente necesarios y desechando las malas hierbas de lo superficial, os aseguro que el próximo año tendremos una buena cosecha: las cosecha de vivir cada día como si fuera el mejor de nuestras vidas (y no el último).
Así lo leí y así os lo cuento.
Para quien quiera seguir el ejemplo.
¡Que tengáis un ilusionante año nuevo!
Loly González
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